Los incendios forestales continúan azotando sin descanso en Canadá. Desde el comienzo del año, se han consumido más de 10 millones de hectáreas, una cifra sin precedentes en la historia del país. Y se teme que esta cifra siga aumentando en las próximas semanas, ya que unos 570 incendios siguen activos y sin control, avivados por las condiciones de sequía y calor que prevalecen en el norte del país.
Desde enero, se han registrado un total de 4.088 incendios forestales en todo el país. Hasta el sábado 15 de julio, seguían activos 906 conflagraciones, de los cuales 570 eran considerados incontrolables. Estas cifras, proporcionadas por el Centro Interagencial Canadiense de Incendios Forestales, superan ampliamente el récord anterior de superficie quemada, que se remonta a 1989 con 7,3 millones de hectáreas.
Para tener una idea de la magnitud, los bosques arrasados en tan solo seis meses y medio equivalen aproximadamente al tamaño de Portugal o a toda Islandia.
«Las cifras de este año superan nuestros peores escenarios», afirmó Yan Boulanger, investigador del Ministerio canadiense de Recursos Naturales, en declaraciones a la agencia de noticias AFP. Con preocupación, señaló que desde principios de mayo no ha habido respiro y que todo está preparado para que la situación empeore aún más. Este especialista en incendios forestales resume la situación actual como «completamente alarmante» y advierte que el año 2023 dejará una marca indeleble.