Bolivia recurre al “bombardeo de nubes” para combatir una aguda sequía

Vista este 25 de octubre de 2023 de humo causado por incendios forestales sobre las laderas de La Paz (Bolivia). EFE/Luis Gandarillas

El fenómeno de El Niño está agravando una prolongada sequía en Bolivia, lo que ha obligado al país a recurrir a una técnica de estimulación de lluvias que hasta ahora ha sido calificada como exitosa.

La crisis hídrica que afecta a Bolivia debido a la sequía y las altas temperaturas, obligó a las autoridades a recurrir a una particular técnica de “siembra” o “bombardeo” de nubes, que ya había sido usada en 2016 y 2017.

Esta técnica consiste en provocar lluvias aplicando yoduro de plata a las nubes. Su eficiencia podría llevar a que la estrategia se replique en otras regiones del país.

“Son 14 disparos que se han realizado el día de hoy en parte del Cono Sur y hacia el valle alto de Cochabamba (…) Sí está lloviendo en algunas zonas, entonces eso nos da un resultado excelente”, dijo a la Voz de América Fernando Fernández, Jefe Unidad Gestión de Riesgos de Cochabamba, un departamento en centro de Bolivia.

Recientemente, el departamento de Beni, en la zona amazónica boliviana, se declaró en desastre y en la misma situación se encuentran más de 100 municipios en todo el país, uno de estos es Tarata, en Cochabamba, donde la VOA sobrevoló poblaciones afectadas en una aeronave de la Fuerza Aérea Boliviana.

El lago Titica, que se extiende por la frontera entre Perú y Bolivia, uno de los más grandes en América del Sur, también ha vivido los estragos de la sequía.

ARCHIVO - Alex Flores camina por una zona seca del lago Titicaca, la cuenca de agua dulce más grande de América Latina, mientras se acerca a niveles récord, en la isla Cojata, Bolivia, el 26 de octubre de 2023.

Los niveles de agua del Titicaca están alcanzando mínimos históricos, empeorados por el fenómeno meteorológico de El Niño, que disminuye las lluvias en la zona, y agravando una prolongada sequía y temperaturas elevadas poco frecuentes.

Científicos señalan que condiciones climáticas extremas de este tipo se están volviendo cada vez más comunes a nivel mundial debido al cambio climático, que también intensifica los efectos de El Niño.

La sequía se acerca a niveles críticos para la agricultura de la región. Si no llueve a principios de diciembre no habrá siembra de patatas, uno de los alimentos básicos de las comunidades rurales y las ciudades de Bolivia.

Alrededor de la masa de agua, especialmente en el «Lago Menor», más pequeño y menos profundo, las aguas se han retirado de la orilla, en parte debido a la falta de lluvias, las altas temperaturas y el retroceso de los glaciares andinos, cuyas aguas de deshielo normalmente lo alimentan.

Carlos García

Editor

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