Unos cuatro kilómetros de extensión, a 50 metros de profundidad: son las dimensiones del mayor túnel de Hamás que el Ejército israelí ha descubierto dentro de la Franja de Gaza. Ubicado a menos de medio kilómetro del cruce de Erez, en la frontera con Israel al norte del enclave palestino, fue una de las puertas de entrada de sus milicianos para cometer el brutal ataque del 7 de octubre.
“Se han gastado millones de dólares en este túnel, cientos de toneladas de cemento y mucha electricidad. En lugar de gastar todo ese dinero, el cemento o la electricidad en hospitales, escuelas, viviendas u otras necesidades de los habitantes de Gaza”, señaló dentro del túnel el contralmirante Daniel Hagari, portavoz del Ejército israelí.
Hagari mostró a un grupo reducido de medios, una de las bocas de salida del túnel y varios metros de su interior, donde se aprecia la envergadura y solidez de este proyecto, que llevó años construir, estaba escondido bajo arena y fue una de las piezas clave para perpetrar el atentado en suelo israelí que dejó más de 1.200 muertos y 240 secuestrados.