Dos helicópteros Black Hawk HH-60 se estrellaron en un campo en el estado de Kentucky, cuando estaban efectuando una misión nocturna de entrenamiento.

El ejercicio constaba del vuelo de las dos aeronaves, pilotadas por miembros de la 101ª División Aerotransportada del Ejército, cuando en un punto colisionaron entre sí, provocando la muerte de toda la tripulación de ambos helicópteros.

El general de brigada del Ejército estadounidense, John Lubas, declaró que los motivos del accidente aún no son claros y que las investigaciones llegarán a resultados concisos más adelante en la semana.

«En este momento, no lo sabemos. Tenemos la esperanza de que cuando llegue el equipo de Fort Rucker y puedan extraer algunos de los datos de los ordenadores de a bordo tendremos una mejor comprensión de lo que ocurrió exactamente», apuntó Lubas en una conferencia de prensa a medios locales.

Según declaraciones del general, un helicóptero llevaba cuatro soldados y el otro tenía cinco tripulantes. Además, todos estaban haciendo uso de lentes de visión nocturna para efectuar los ejercicios, que eran vuelos de rutina y no «un simulacro de evacuación médica».

«Hoy es un día difícil y trágico para Kentucky, para Fort Campbell y para la División 101 Aerotransportada», expresó el gobernador de Kentucky, Andy Beshear, al extender sus condolencias a las familias afectadas en una rueda de prensa.

Además, el gobernador comentó que haría todo lo posible por cuidar a las familias de las víctimas y asegurar su bienestar.

El secretario de Defensa de Estados Unidos, Austin Lloyd, también reaccionó al siniestro y se sumó a la propuesta del gobernador Beshear, asegurando que el Ejército va a apoyar de múltiples formas a los seres queridos de los soldados que fallecieron.