Presidente mexicano llega caminando sobre el barro a un Acapulco aislado por el huracán

Bordeando derrumbes de rocas y árboles que tapaban el camino, cambiando de automóviles o caminando sobre el barro, el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador completó finalmente el trayecto hasta el puerto de Acapulco, en la costa mexicana del Pacífico, incomunicado y devastado por el embate del huracán Otis.

Antes de llegar por la tarde del miércoles al puerto, el mandatario y su equipo se toparon con derrumbes que bloqueaban las dos carreteras principales que llevan a Acapulco, a casi 400 km de Ciudad de México, donde evaluará los daños provocados por el ciclón.

El convoy del presidente avanzó con dificultad por la carretera hasta que se topó con un área bloqueada, con árboles caídos y en la que el lodo llegaba hasta las rodillas.

Fue entonces que el presidente intentó seguir el camino a bordo de un jeep militar que se quedó atascado.

Finalmente decidió caminar los kilómetros que aún lo separaban de Acapulco, seguido de miembros de su gabinete. Detrás de él, los militares intentaban sacar al jeep del fango.

«Vamos a buscar que se abran los caminos lo más pronto posible», dijo el presidente en una breve declaración a la prensa a bordo de la camioneta que lo llevaba a Acapulco.

Carlos García

Editor

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