¡Semana decisiva en juicio a JOH!

El juicio contra el expresidente, Juan Orlando Hernández, entra a una semana decisiva. Hoy, en la décima audiencia, continuará el testimonio del exjefe policial, Mario Guillermo Mejía Vargas, quien cerró el viernes con unas confesiones perturbadoras de sus andanzas en el narcotráfico, entre las que admitió ser el autor del crimen de Orlan Chávez, conocido como el “Fiscal de Oro”. No menos impactantes fueron las declaraciones de Fabio Lobo, llevándose de encuentro a su padre, el expresidente, Porfirio Lobo Sosa y hundió más al acusado.

EVACUAR TESTIGOS DE LA FISCALÍA

El juez, Kevin Castel, adelantó que hoy podría evacuar el resto de testigos que le faltan a la Fiscalía, probablemente tres o cuatro, entre ellos, otro superestrella, Víctor Hugo Díaz Morales, más conocido como “El Rojo” o Hugo Ardón, el exministro del gobierno de Lobo Sosa y hermano del exalcalde de El Paraíso (Copán), Alexander “Chande” Ardón, quien ya dio su testimonio a principios de la semana pasada.

Luego la defensa tendría la oportunidad de presentar su caso y llamar a sus propios testigos, según el periodista Jeff Ernst, uno de los cronistas de este juicio.

La defensa ha dicho que llamaría unos diez testigos, pero a menudo eso es parte de un juego, y en la mayoría de los casos no terminan llamando a ninguno, señaló Jeff, quien, tampoco, descarta que suba al estrado el propio acusado, como parte de la estrategia de su defensa.

Después de estos testimonios, explicó, vienen los argumentos de cierre que son sumamente cruciales y mucho más largos que los de apertura, seguido por las instrucciones al jurado, que dura unas dos horas, y de ahí inicia la deliberación.

Por el lado de la defensa, Raymond Colon anunció que llevaría un testigo estrella a favor del expresidente sin dar más detalles. Ha descartado, también que se presenten armas reales, porque “no sirve más que para inflamar y asustar al jurado”. Las armas incluyen: HK MP-5 (metralleta), P90 (metralleta Uzi), RPG (arma antitanque), Browning M2 calibre 50, describió.

CONFESIONES ESCALOFRIANTES

La novena audiencia del viernes pasado cerró con dos relatos estremecedores. Por la mañana, Fabio Lobo, que venía siendo interrogado desde el jueves, dejó sin aliento a la sala por la frialdad de sus confesiones contra su progenitor y los hermanos Hernández, JOH y “Tony”.

Del mismo modo, el exoficial de la Policía Nacional, Mario Guillermo Mejía Vargas, estremeció a la audiencia, por la tarde, al adjudicarse sin inmutarse el asesinato del “Fiscal de Oro”.

La confesión perturbó a la prensa hondureña presente en el juicio por ser este uno de los casos más emblemáticos de los últimos años. Chávez fue acribillado a tiros en las inmediaciones del estadio Nacional, de la capital hondureña, cuando venía de dar clases en la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), alrededor de las 8:00 de la noche del 18 de abril del 2013.

En Honduras, se condenó a más de 20 años de prisión a los dos “gatilleros”, pero los periodistas en la sala no podían creer que tenían enfrente, a miles de kilómetros de distancia del lugar de los hechos, al autor intelectual, que sin ambages dijo que buscó a los sicarios porque Chávez, un fiscal antidrogas, le investigaba a un primo.

“SOPLONES”

El expolicía fue presentado con el seudónimo de Geovanny Rodríguez, pero la prensa lo identificó como el ex subcomisionado Mario Guillermo Mejía Vargas, conocido porque de vez en cuando se presentaba en los medios como un ejemplar funcionario para “servir y proteger”.

Sin embargo, confesó su amplio cartel delictivo, protegido, según narró, por los hermanos Hernández, al punto que fue parte del complot para asesinar al “zar antidrogas”, general retirado, Julián Arístides González. Por si fuera poco, admitió que fue encarcelado por robar 143 kilos de cocaína estando activo, pero a los pocos meses, valiéndose de las mismas influencias, salió en libertad y regresó a la Policía Nacional para continuar sus fechorías.

En su increíble relato aseguró que una vez estuvo en una casa de “Tony” Hernández y vio un fardo de dólares que le daban a la cintura. Y cuando preguntaba si no tendría problema por andar en cosas malas, su jefe inmediato, al que identificó como Mauricio Hernández, le decía: “Tony dice que Juan Orlando manda a decir que no nos preocupemos”.

A Mauricio Hernández, según declaró, lo conoció cuando estudiaban en la Academia Nacional de Policía y siempre supo que era primo de los Hernández. Cuando sintió que los carteles mexicanos o en todo caso los mismos hermanos Hernández decidieron deshacerse de ellos, se entregaron a la DEA bajo un acuerdo denominado, LETRA 5K1, que en el mundo de los abogados estadounidenses es como un acuerdo para los “soplones”.

Geovany Rodríguez para los fiscales y Mejía Vargas para la prensa hondureña, seguirá siendo interrogado este lunes, cuando se esperan que suban al estrado más testigos estrellas, como él, incluyendo a su antiguo socio Mauricio Hernández.

“MENTÍ PARA NO IMPLICAR A MI PADRE”

Igual de estremecedora fue la continuación del relato de Fabio Lobo al punto de decir que mintió al juez en su propio juicio, en el que fue condenado a 24 años de cárcel, de los que ya cumplió nueve. Todo apunta que subir al estrado para hundir a JOH y llevarse de encuentro a su papá le valdrá una pronta libertad.

Bajo este acuerdo, en el que se comprometió a decir la verdad para no romperlo, aseguró que su progenitor siempre estuvo al tanto de sus andanzas y también JOH, con quien, cuando la relación entró en la mayor confianza, hablaba abiertamente, según reveló, del trasiego de droga y le facilitó logística. Los periodistas en la sala dijeron que Fabio todo el tiempo vio a JOH a los ojos, desafiante, como disfrutando la venganza, aunque cuando el abogado del mandatario le preguntó si lo odiaba, respondió que no.

VAN 11 TESTIGOS

Con Fabio Lobo y Geovanny Rodríguez, van 11 testigos en dos semanas, durante las cuales la Fiscalía ha logrado exponer ante el jurado la tesis de su acusación: Que JOH actuó de manera directa, o al menos, como conspirador, en el narcotráfico y que de las ganancias del mismo financió sus campañas electorales y se enriqueció. Probablemente, los siguientes testigos que presente esta semana afianzarán estas declaraciones.

Por el lado se la defensa del exhombre fuerte de Honduras, han sido dos semanas solo de contrainterrogatorios para demostrarles a los 12 miembros del jurado que estos testigos no son más que infelices criminales, como los llamó Colon desde el inicio, a los que su cliente persiguió con rigor hasta hacerlos entregarse a la DEA o extraditarlos bajo su mandato. Como consecuencia de esa persecución, señala Colon, ahora están contando relatos falsos, como venganza y buscando la reducción de sus condenas.

Está por verse, en lo que falta del juicio, si los abogados de JOH logran desmontar la narrativa de la Fiscalía con sus propios testigos, apelando al mismo tiempo, que, hasta ahora, no hay pruebas contundentes, videos, fotos o evidencias científicas que involucren al exgobernante en la narcoactividad, como lo describen sus acusadores.

Carlos García

Editor

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