El exgobernador de Nueva Jersey aseveró que detendrá su campaña para obtener la nominación republicana para las próximas elecciones. “Es claro que no hay un camino para que yo gane”, admitió. No obstante, advirtió que hará lo posible para “no facilitar” un triunfo de Donald Trump.
Desde este miércoles 10 de enero, la contienda por ser el designado del Partido Republicano para las próximas elecciones presidenciales que se desarrollarán en noviembre tendrá un competidor menos.
Chris Christie, exgobernador de Nueva Jersey, comunicó que ya no continuará con sus aspiraciones por ganar la nominación y dará de baja su candidatura.
Durante un mitin con seguidores en Windham, en New Hampshire, dio el anuncio: “Es claro que no hay un camino para que yo gane la nominación. Es por esto que suspendo mi campaña para presidente de Estados Unidos”.
Esto sucede en las vísperas del inicio de las primarias del partido, que tendrán su comienzo en Iowa desde el próximo lunes. También a horas del quinto debate republicano.
El impacto que la salida de Chistie podría tener en la campaña favorecía –al menos en teoría– a la exembajadora estadounidense ante Naciones Unidas, Nikki Haley, y al gobernador de Florida, Ron DeSantis.
