El gobierno colombiano y el Estado Mayor Central (EMC), la mayor disidencia de las extintas FARC, pactaron un cese al fuego de seis meses y la suspensión de los secuestros tras el cierre de una tercera ronda de diálogos.
“Queremos acelerar el ritmo, de modo que en el próximo ciclo podamos decirle al país que estamos en un nuevo capítulo en el camino para la construcción de una ruta de paz”, indicó el jefe de la delegación gubernamental, Camilo González Posso, en un video difundido a la prensa.
La mesa de negociación con el autodenominado Estado Mayor Central (EMC) se instaló en octubre del año pasado como parte de la política de “paz total” con la que el gobierno de Gustavo Petro —primer izquierdista en el poder— busca acercamientos simultáneos con grupos armados y bandas criminales para disminuir la violencia.
La extensión del cese al fuego bilateral generó la mayor expectativa en el tercer ciclo de diálogo que inició el 11 de enero en Bogotá, debido a que un cese de hostilidades previo culminaba el 15 de enero y la mesa se ha propuesto negociar evitando la confrontación armada.