La corrupción sigue…

Nery Alexis Gaitán

Lo hemos dicho desde siempre, la corrupción es la tragedia nacional. La corrupción viene y va y nadie la detiene. Nunca hace pausas, no se cansa, jamás se disminuye; al contrario, cada día se incrementa más. Los niveles a los que ha llegado son de una perversión extrema.

Lo triste es que nadie hace nada por eliminarla, ni siquiera por detenerla, aunque sea un poco. Todos bogan en el mar de la corrupción, satisfechos y felices. De hecho, su propósito al tener una cuota de poder es enriquecerse lo más que puedan en el menor tiempo posible. Es así que incursionan en política con la finalidad de enriquecerse a sí mismos, a sus familiares y amigos, pero nunca para beneficiar al pueblo; la intención, desde siempre, es saquearlo y que viva miserablemente, tal como sufre en la actualidad.

La corrupción se ha instaurado a sus anchas y con beneplácito en todos los estratos de la sociedad. Esa es la razón por la cual vemos desfilar gobernantes y autoridades de todos los partidos políticos sin que nada cambie, ni nadie haga nada por eliminarla, ya que son parte del sistema corrupto. Así que de nada valen las ideologías, ni de derecha o izquierda, cuando de corrupción se trata: todos son ladrones y ladronas, por aquello de la equidad de género.

La percepción de la ciudadanía es correcta, en encuestas recién realizadas, se establece que no confían en las autoridades y que el mes anterior se ha incrementado la corrupción en un 97%. ¡Qué lamentable es la situación de nuestro país!

Y como vamos de mal en peor, este gobierno populista de izquierda trasnochada, boga a todo dar, y para variar, en las corrientes de la fatídica corrupción. Pocas veces se ha visto un nepotismo tan desbocado; los requisitos para ser parte del gobierno es ser familiar de los pudientes y haber tirado piedras, quemado llantas y vandalizado la propiedad pública y privada. Lo que ha ocasionado que ineptos, sin ninguna preparación, estén dirigiendo la administración pública, con el consiguiente fracaso que todos miramos cada día.

Y, como de extremos se trata con este gobierno, es completamente intolerante a las críticas, y amenaza con proceder contra los disidentes, al estilo de la mejor dictadura de Nicaragua o Cuba. Los del gobierno se creen blancas palomas y nadie puede ensuciarlos con sus justos señalamientos por sus actos corruptos. Para ellos el informe sobre los Índices de Corrupción, que dio a conocer la ASJ, es una vil mentira y un ataque a Libre. Cuando es todo lo contrario: la simple y llana verdad; nadan hasta el cuello en corrupción.

Si de verdad estuvieran interesados en eliminar la corrupción, aunque ya sabemos que no les importa, deberían empezar a judicializar todos los actos de corrupción que han hecho desde el 2009. Además, no tuvieran en su gobierno personas que han delinquido y que las sacaron de la cárcel por el Pacto de Impunidad que legislaron en el Congreso Nacional.

Todavía no se nos olvida el “carretillazo”, o aquella que dejó botados tres millones de lempiras (dinero del pueblo) y una pistola, en un hotel de Choluteca cuando iba huyendo. Y docenas de actos de corrupción más, efectuados sin vergüenza alguna.

Así vemos que es la misma mona en diferente rama, lo que ayer condenaban furiosamente, hoy lo hacen a mansalva. Es decir, lo criticaban indignados porque no eran ellos quienes saqueaban el erario público. Los abusos que cometen son extremos, bien dice el dicho que “el que no tiene y llega a tener loco se puede hacer”; en este caso, ladrones sin freno alguno.

Mientras la corrupción sigue, el pueblo continúa sufriendo las mil calamidades más las plagas de Egipto. No hay medicinas en los hospitales, los desempleados son más cada día, son miles los que abandonan el país porque no tienen comida para sus familias, etc.

¡Libre nunca más!

Carlos García

Editor

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