Tegucigalpa atrapada en un mar de la incapacidad

Carlos Medrano

La capital hondureña, Tegucigalpa, se encuentra inmersa en un caos y crisis vial como nunca en su historia, que está motivada por una pila de incapaces que no han podido solucionar esta crisis que está robando tiempo, esfuerzo y dinero a nosotros los pobladores de esta pobre ciudad.

La vida ha sido cada vez más compleja en la ciudad capital, ya que sus pobladores debemos pensarlo dos veces para movernos con suficiente fluidez, debemos adelantarnos media a una hora con antelación si tenemos una cita, con un derroche de combustible desproporcionado.

Si usted va a Danlí, por ejemplo, cerca de la bella Tatumbla, están reconstruyendo esta carretera a paso de “tortuga” y luego de hacer una gigantesca cola que está detenida por abanderados improvisados deberá esperar que pasen miles de carros que están en la vía contraria, generando un congestionamiento desmedido.

La compañía constructora que ganó este proyecto carretero evidentemente no estaba capacitada para realizar esta obra, no tienen logística, no cuenta con maquinaria suficiente, no tienen personal y en fin, un desastre para quienes transitan y habitan por estos sectores.

El nuevo ministro de Infraestructura y Transporte, Octavio Pineda, joven dinámico y capaz, deberá revisar la licitación con esa empresa, ordenar una auditoria forense, examinar si hubo movida alrededor de esta operación y quitar a esta empresa constructora si ese fuera el caso, a fin de solucionar cuanto antes la pesadilla que han tenido todos estos pobladores de la zona oriental del país.

Si usted se mueve para la salida de la zona sur, las colas son interminables, desde su salida en la colonia Loarque hasta muchos kilómetros adentro, con el tráfico de regreso que es lento y pesado.

La carretera que construyó el régimen anterior es de apenas dos carriles sin opciones a estacionarse en caso de una emergencia, de modo que la fluidez se interrumpe cada vez que un rapidito o taxista se le ocurre montar y desmontar pasajeros.

Existen canales de alivio que pudieran servir, pero no hay voluntad y agilidad política para desalojar o desahogar a miles de carros que van a diferentes destinos al llegar a la desordenada ciudad.

Si vamos a Olancho hay tranque en el Mall Premier, zona que navega en porquería de desagües y vendedores que desordenan todo este sector, mientras que rumbo a Valle de Ángeles se ha convertido en un infierno en las horas pico, debido al alto tráfico que atasca a los vehículos desde el puente a desnivel al inicio del anillo periférico.

Solo la salida al norte está medio despejada, pero se forman congestionamientos a la altura del Carrizal, pero la majestuosa obra de la Cuenta del Milenio permite todavía un tránsito fácil por este sector.

Hoy estamos en medio de inútiles, de incapaces, de funcionarios que no arrancan, no actúan diligentemente, ignoran al pueblo que los eligió, son indolentes y no actúan conforme a las exigencias que el país demanda.

Todo el esfuerzo de la administración edilicia anterior se está esfumando porque no vemos por ningún lado obras que alivien el tráfico, el capitalino está atrapado en una cárcel de miles de vehículos que no tiene escapatoria.

Hacemos un llamado urgente a Aldanita para que escuche al pueblo, que deje de entretener a la gente y que quede en la historia como un alcalde reformista, o contrario sensu quedará como un alcalde inútil que solo llego a pasar el rato, ha hacer circo y a cantar en karaokes a donde fue invitado.

Carlos García

Editor

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