¿Qué pasa ahora que ganó el rechazo a la nueva constituyente en Chile?

Importante recordar que en la consulta popular realizada en octubre del 2020, el 78 por ciento de chilenos dijeron QUEREMOS UNA NUEVA CONSTITUCIÓN POLÍTICA.

El domingo reciente, 4 de septiembre, más de 13 millones de chilenos (de los 15 millones que estaban habilitados) acudieron a las urnas para «aprobar» o «desaprobar» el texto constitucional (de 488 artículos, y 57 artículos transitorios) redactado por los 155 convencionales constituyentes.

 

La diferencia entre las dos alternativas fue la gran sorpresa de la noche. Las últimas encuestas, publicadas hace varias semanas debido al silencio electoral que regía en Chile, daban de ganadora a la opción ‘Rechazo’. Y no se equivocaron, pero no alcanzaron a vaticinar que lo haría por una amplia mayoría.

 

Tras darse a conocer los resultados, el presidente del país, Gabriel Boric, quien había sido un abanderado de la nueva Carta Magna durante su campaña política, hizo un llamado al diálogo y aseguró que el camino hacia una nueva Constitución que remplazara aquella adoptada en 1980 durante la dictadura de Augusto Pinochet seguía abierto.

 

Ojo. La consulta era sobre el texto constitucional, no sobre el proceso constituyente.

A esta consulta denominan consulta de ingreso al proceso constituyente. Y esta voluntad popular sigue vigente. Lo que Chile acaba de desaprobar es la propuesta del texto constitucional, mas no el proceso constituyente.

 

En el caso actual de la Convención Constituyente de Chile las y los convencionales deberían volver a debatir y consensuar el texto constitucional para presentar próximamente un nuevo texto constitucional y someterlo a consulta popular.

 

Pero, al parecer, eso no va a ocurrir porque dicha Convención nació y funcionó como un ente derivado del poder constituido. Así lo establece claramente la Ley número 21200.

Ahora, según analistas, Chile deberán enfrentarse a varios retos: reconocer cuáles fueron los errores del anterior proyecto, abrir un proceso de diálogo y encaminarse a un proceso constituyente más incluyente.

 

Según Pablo Beytía, sociólogo y fundador de la plataforma Monitor Social, el triunfo del ‘Rechazo’ se puede explicar en buena parte porque su campaña comenzó mucho más temprano que aquella del ‘Apruebo’.

 

“Partió ya con el comienzo de la generación de la propuesta constitucional. En cambio, la campaña del ‘Apruebo’ partió mucho más tarde, como en julio. Entonces ya venían con desventaja”.

 

Por otro lado, los analistas señalan que la campaña por el ‘Rechazo’ estuvo caracterizada por las ‘fake news’ y por contenidos que ridiculizaban buena parte de las propuestas contenidas en el texto.

 

Las redes sociales jugaron un rol clave en la decisión de una buena parte de la sociedad por negar el texto de la nueva Carta Magna.

Para José Domingo Sagüés, analista político, muchas de las propuestas contempladas en el texto “generaban mucha tensión y desacuerdos, como ocurría con el hecho de que el Estado fuese plurinacional”.

 

Además, varias de ellas no eran específicas, como “qué implicaría el término del Senado y la entrada en vigencia de la Cámara de las Regiones, o que el mismo texto hubiese estipulado el período establecido para que las personas gestantes pudiesen ejercer su derecho a la interrupción voluntaria del embarazo”, afirma Sagüés

 

Además, este plebiscito tenía una particularidad: el voto obligatorio. Beytía cree que esto fue uno de los principales puntos diferenciadores entre la votación del domingo con aquella de hace varios años.

 

“La primera votación por aprobar el proceso fue en un periodo de pandemia y con voto voluntario, entonces eso significa que la población más adulta tenía menos probabilidades de ir a votar y no quería arriesgarse.

 

La situación ahora era completamente distinta, entonces con voto obligatorio cambió probablemente mucho el padrón electoral y eso se sintió. Yo creo que eso cambió mucho la balanza», concluye Beytía

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